lunes, 29 de octubre de 2018

EL RAIL DE MI MEMORIA



Me he preguntado muchas veces por qué a pesar de tener consciencia sobre ciertas experiencias negativas vuelvo a repetirlas una y otra vez cediendo a las situaciones que las causan, sin alejarme de ellas, sin rechazarlas…
Carl Jung escribió “aquello que no se hace consciente se manifiesta en nuestra vida como destino”…Yo siento que hay algo más ya que creo que tengo consciencia en este sentido. Quiero ir más allá. Quiero desentrañar ese por qué de esas repeticiones y experiencias negativas en las que caigo repetidamente pese a que, cuando pienso en ellas, tengo consciencia de las mismas. Para ello estoy leyendo sobre Neurociencia y esto me está abriendo nuevas visiones para poder entender.
Cuando en la infancia sufres un shock grande o un trauma, cuando vives eventos extremos, se forman en algún lugar del cerebro recuerdos traumáticos perjudiciales para el organismo y esto conduce a tener trastornos cerebrales. Se da una desregulación del eje hipotalámico, hipofisario, adrenal… No soy ninguna entendida en la materia, pero esto me lleva a concluir que nuestro sistema biológico sufre, que hay ciertas regiones cerebrales que a partir de entonces trabajan de manera disfuncional. Como consecuencia de ello, el niño o el adulto que en la infancia ha sufrido un shock no funcionan de una manera “natural”, no de la misma forma que aquel que no ha sufrido un shock.
Dicho de una manera sencilla, creo que en nuestra corteza cerebral se genera como un rail de una vía del tren que hace que, aunque tengas consciencia, tiendas a repetir una y otra vez el mismo recorrido. Deberás estar muy atento y esforzarte para no entrar en él pues esto te llevará una y otra vez al mismo lugar, a las mismas experiencias, quedando atrapado sistemáticamente en aquello que no deseas, que tu consciencia rechaza.
Un acontecimiento de gran impacto acaecido en la infancia deja una gran huella, sobre todo debido a que el cerebro de un niño está formándose. El cerebro es el órgano del cuerpo menos estudiado o del que menos datos se tiene. En esto la neurociencia está avanzando mucho y dando esperanzas a las personas que han sufrido durante muchos años problemas mentales, ya que da esperanza gracias a la neuroplasticidad innata que poseemos y se sabe que con el tratamiento y esfuerzo adecuados se pueden eliminar los viejos carriles y crear nuevos en los que nos sintamos bien con nosotros mismos.
Es esencial tener consciencia de qué o cuáles son aquellos indicios que te llevan de cabeza a ese rail que en realidad no deseas o qué situaciones de las que vives te meten de manera inmediata a él al activarse algún circuito en el cerebro. Si, por ejemplo, no tomo vino, no accedo a estar con determinada persona, no como dulces, no me quedo tumbado en el sofá horas y horas, etc. es muy probable que no suceda lo que, realmente y en conciencia, no deseo que suceda.
Cuando haces terapia descubre un montón de cosas que te ayudan. Tienes herramientas que puedes utilizar pero hay que utilizarlas y esforzarse en hacerlo. Tienes que estar mucho más alerta que las personas sin este problema porque a la mínima ya estas dentro, ya has caído de nuevo.
A veces he pensado que podría funcionar de una manera igual a la de la mayoría olvidándome por un instante que lo que viví me llevó a una vida diferente de la de la mayoría. Por haberla vivido no puedo olvidar que de vez en cuando algo activa ese mecanismo y he de estar muy atenta para no volver a caer en ciertas situaciones que me llevan directamente al viejo rail de mi memoria.
Con terapia construí un carril nuevo que debo potenciar y repasar una y otra vez para no volver a repetir ciertos esquemas que están marcados a fuego en mi cerebro, en aquel que el trauma forjó. Cuando lo tienes claro sabes que hay un primer paso que te lleva de cabeza a ello. Es cuestión de no darlo aunque no siempre es fácil.
Tengo una obligación para conmigo misma. Ser consciente y actuar en consecuencia. Un principio de amor que hoy repaso con el corazón.

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